miércoles, 18 de febrero de 2009

Sin rumbo

Lo primero para disfrutar de mis merecidas vacaciones es elegir destino. Aprovechando mi primer día de libertad me dirigí a la agencia de viajes dispuesta a encontrar un rincón paradisiaco, apartado de la civilización y al alcance de mi bolsillo, (sí, ya sé que estoy algo anticuada pero si echas un vistazo a mi cuaderno de bitácora comprenderás que no me fíe de la red).
Imaginándome tirada en alguna playa virgen de Jamaica o Cuba, con un daiquiri en la mano y abanicada por algún isleño (tengo sueños de grandeza, me pasa desde niña) entro en la agencia. Mi fantasía se esfuma en cuanto veo la cara de la dependienta (en serio, una superviviente de la inquisición tendría mejor aspecto que ella). Haciendo acopio de mis últimas reservas de optimismo me dirijo con paso firme y sonrisa encantadora hacia mi verduga. Tras explicarle mis planes vacacionales me informa de que: a) El Caribe en esta época es un destino barato pero corro el riesgo de salir volando sin avión, por aquello de los huracanes... b) la edad media que circula estos días por las playas españolas es de 65 años ya que han sido conquistadas por el inserso y c) el resto de destinos que se adecuan a mis necesidades se salen de mi presupuesto.
La bruja Clarisa se queda repantingada en su sillón con, ahora sí, una sonrisa de oreja a oreja. Noto como el rojo, el morado, el naranja e incluso el verde suben a mis mejillas «no puede ser verdad, tiene que haber algo en algún lugar del mundo» pienso mientras me maldigo por haber copiado en todos los exámenes de geografía. De pronto se enciende la bombilla de mi cabeza (cosa extraña porque llevaba fundida unos tres años) «¡las islas!» exclamo a voz en grito, «¡son perfectas, hace calor, están cerca y el único peligro que corro es chocarme con una patera mientras nado!» miro expectante la cara de desilusión de la bruja y descubro que he dado en el clavo ¡ya tengo destino!. Unas dos horas después salgo por la puerta de la agencia con un billete reservado para el día siguiente, unos tickets de hotel que incluyen la pensión completa y unas cuantas excursiones reservadas de antemano para visitar el Timanfaya y la isla de La Graciosa. No lo he dicho, al final he escogido Lanzarote. ¡Por fin tengo mi viaje! de acuerdo, puede que no sean las islas Fiji pero tendré sol, playa, bellos atardeceres, excursiones culturales y chiringuitos donde recalar a tomar una cerveza... ¡y sin tener que lidiar con el diccionario!

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. (GLUPS, ME LO HABÍA CARGADO)
    Si lo que quieres es ir de incógnito, vale, pero ¡porfa, cambia de foto de perfil que no te reconoce nadie!. Ah, que no había visto la foto de debajo. Más a mi favor ;)

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